Juan Pung Wong un Salesiano a carta cabal, sacerdote,amigo,consejero y un mentor que nos dejo huellas profundas de moral y etica. Sus enseñanzas hoy después de 45 años se traducen en este homenaje que no es sino la gratitud que este grupo de Salesianos honran su memoria por siempre.
Quien no recuerda con cariño su figura imponente que engrandecía su estatura, cuando al fondo del pasillo, adusto con mirada seria y a la vez risueña nos observaba cada movimiento o travesura.
La disciplina y el respeto era fundamental para el, nos corregía e imponía la ley dura donde imbatiblemente jugaba un rol protagónico la vara de "chonta" que a muchos nos hacia ver las estrellas y devolvernos a la realidad, años después comprendimos y fuimos conscientes que fue quizas el elemento magico que enderezó nuestras vidas y pecados veniales como el decía e hizo posible que viéramos el mundo en su real perspectiva con valores como principio.
Su caracter reservado pero bonachón escondía a un hombre noble y tan humano que fue maravilloso para quienes lo conocimos muy de cerca, intimamos con el, compartimos gratos momentos como amigos, leales hasta las estrellas. "Cerrito de Huacsapata testigo de mis amores tu nomas estas sabiendo la vida que voy pasando" entre acordes de guitarra y voces aun inmaduras, cantaba junto a nosotros esta canción que quizas evocaba gratos recuerdos en su vida.
Quizas marco en el un afecto muy especial un grupo de jóvenes inquietos, incansables, una generación que rompió los esquemas, que puso de vuelta y media a la sociedad de esa epoca, por nuestra vehemencia de defender el nombre del colegio, las peleas callejeras y grupales en las avenidas de la ciudad frente a nuestros rivales del otro colegio religioso marcaron una epoca que sin duda calo hondo en su ser y de alguna manera su complicidad siempre estuvo alli de manera disimulada.
Nos rompían la cabeza o regresábamos con el saco roto o un compañero totalmente magullado por la policia que defendía al otro grupo, lo importante que eran escaramuzas triunfantes y victoriosas que nos dejaban en el fondo una satisfacción maravillosa y quizas por eso nos apreciaba, nos queria.
Nos rompían la cabeza o regresábamos con el saco roto o un compañero totalmente magullado por la policia que defendía al otro grupo, lo importante que eran escaramuzas triunfantes y victoriosas que nos dejaban en el fondo una satisfacción maravillosa y quizas por eso nos apreciaba, nos queria.
A pesar del tiempo transcurrido a los 15 a los 25 años a los 30 ya maduros, profesionales el padre Juan siempre se acordaba de nuestros nombres sin equivocarse, nos apretaba la mano y nos abrazaba en cada reencuentro, nos pedía cuentas de cuanto habíamos avanzado en nuestras vidas, cuan exitosos éramos y siempre preguntaba por los compañeros que nunca volvió a ver desde que salimos, esa muestra de afecto y cariño era muy visible en su ser, en su alma y corazón.
Sentimos mucho tu partida padre Juan, pero a la vez nos sentimos felices por que la vida y Dios te dio las fuerzas para seguir adelante con tu obra hasta el final, tus propósitos al igual que Don Bosco fueron trascendentes y lo mas importante es que dejaste una huella imborrable en todos nosotros.
En nuestro reencuentro de los 45 años en Cusco no podia dejar de ser la mejor propuesta recordarte perennizando tu nombre en nuestra promoción gracias a la iniciativa de nuestro compañero Pepe Luis Cornejo quien con la sensibilidad que le caracteriza hizo posible que honremos de esta manera tu obra y tu nombre.
Gracias por todo padre Juan Pung Wong.
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